BALONMANO NO APTO PARA CARDIACOS

Balonmano no apto para cardiacos es el que nos depara nuestros chicos en los últimos encuentros, y sobre todo en este último, jugado en el Pabellón Villafontana de Móstoles.

Se jugó otro partido ante rivales con una gran envergadura física. Ya en el saludo inicial parecía que íbamos a jugar contra un equipo de juveniles. También debemos indicar que tenía algún que otro jugador pequeño que nos puso las cosas difíciles.

El inicio del partido fue parejo y aunque nuestros chicos empezaron dominando y controlando el mismo, poco a poco el equipo mostoleño fue haciéndose dominador del mismo, y en el último tramo  llegó a alcanzar una ventaja de 6 goles, una ventaja excesiva ya que nuestros chicos no habían jugado mal para llevar esa desventaja, pero algunas perdidas no forzadas y tiros claros errados nos penalizaron hasta llegar a un claro 14 – 8 para el equipo de Móstoles.

El reinicio del encuentro fue una reválida para nuestros jugadores, que con una defensa más adelantada, con más ayudas y con más decisión en las jugadas de ataque de nuestros primeras líneas, se acercaron en el marcador, teniendo que pedir el entrenador rival un tiempo muerto para frenar la oleada de nuestros chicos.

Este tiempo hizo un efecto negativo en nuestros jugadores, que acumularon una serie de fallos consecutivos, que hicieron que los mostoleños se despegaran de nuevo en el luminoso. Pero no dando el partido por perdido, ni mucho menos, nuestros chicos volvieron a emplearse a fondo en defensa bloqueando a los jugadores locales, que no sabían como atacarla, llegando a ponernos a dos goles a falta de tres minutos y metiendo el miedo en el pabellón, que en aquellos momentos estaba lleno, ya que había un encuentro de categoría nacional de fútbol-sala femenino (olé por las chicas que también llenan pabellones); miedo que también le entró al equipo local que tuvo que pedir un segundo tiempo muerto y que tuvo que jugar gran parte de este período con su equipo más potente sin hacer cambios ni rotaciones.

En esta ocasión no tuvo el efecto deseado para los locales, y nuestros chicos acortaron más las distancias y tuvieron una doble jugada para el empate, pero no tuvimos fortuna en la misma y en otro ataque del equipo de Móstoles cerraron el partido con el definitivo 30 – 28, en un final no apto para cardíacos.

A posteriorí, pensamos que nuestros errores fueron, a la postre, los que hicieron que se perdiese el partido, ya que como buenos hijos hicimos una decena de regalos en forma de pases no forzados que fueron interceptados y que derivaron en contraataques con gol. El equipo local con nuestra defensa colocada tenía serios problemas para superarla, y la no recogida de rechaces supuso que el equipo mostoleño, como buen padre, aceptase los mismos y resultase vencedor.

A favor de nuestros chicos debemos reseñar, por un  lado el esfuerzo y pundonor que mostraron en la cancha no dando el partido por perdido en ninguna fase del mismo y la fortaleza de nuestra defensa que hace sufrir a los equipos rivales, y por otro lado el coraje y la clase demostrada ante rivales superiores en edad, talla y peso, lo cual nos crea muy buenas expectativas para estos chicos de cara a realizar muy buen papel la temporada que viene, jugando en primera categoría.

El próximo partido será el jueves, 23 de marzo, en El Polideportivo de Daganzo contra el equipo vecino de Torrejón.

 BM MÓSTOLES: 30

Fernández, Cuenca, Conde, Cabrero, González, Mikolas, López, García, Cabadas, Valls, Ruiz y Maroto.

DAGANZO-IPLACEA: 28

Sergio Abad, Álvaro Ortega (3), Álvaro Contonente, Raúl Díaz (6), Francisco Chacón (5), Ángel Gómez, Diego Seijo, Daniel Gómez (1), Álvaro Vicente (2), Jaime Tomé (3), Iván Bertolo (3) y Aarón González (5).

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